La empresa es mía y la organizo como me da la gana

La empresa es mía y la organizo como me da la gana

Mis listas de artículos para leer en Pocket o de ideas sobre las que escribir, poco a poco, tienden al infinito. Desgraciadamente no tengo el tiempo o mejor dicho las ganas para escribir en el blog tanto como debería, pero no hay nada que la manía de David Bonilla de bromear por Twitter no pueda conseguir.

Y no es sólo que escriba algo en Twitter y quedé ahí por los tiempos de los tiempos, sino que esa acción que para él dura unos segundos tiene repercusiones durante días. Pues bien, tendré que explicar porqué razón uso un Trello personal en mi día a día y cómo afecta eso a la organización del trabajo en Otogami Technologies S.L.

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Runnics en Betabeers Madrid

El viernes pasado me invitaron a dar una charla sobre Runnics en el Betabeers de Madrid, y al parecer gustó bastante, razón por la cual voy a colgar la información en el blog.
Y además voy a explicar brevemente el proceso que llevo a cabo para preparar una sesión como la de Betabeers, en la que presenté lo que hemos hecho durante los últimos 8 meses en Runnics, en tan sólo 15 minutos.

El Keynote

La presentación en vídeo

Así se hizo

Mucha gente cree que para una persona que "no tenga miedo al público", es muy sencillo realizar una presentación, pero nada más lejos de la realidad. Además de los nervios, que siempre se suelen tener, hay un duro trabajo por detrás que generalmente no se ve.
Y si además la sesión, en vez de durar 50 ó 60 minutos, tiene que durar 15, es aún más complicado porque hay que condensar mucha información en un breve espacio de tiempo.

Poniendo las ideas en orden

Para mi el primer paso consiste en saber de qué voy a hablar. En este caso ha sido muy sencillo porque la organización del evento ya me había indicado el tema. Muy bien, una cosa más que me quito.
Llegados a este punto, comienzo con un sketchnote o boceto de las ideas generales que quiero tocar y de la conclusión o conclusiones a las que quiero llegar. Ese boceto inicial no me lleva más de una o dos horas de darle vueltas, pero es el paso previo a la organización de toda la sesión.

Creando la estructura final

Con el boceto inicial hecho, llega el momento de iniciar la fase más importante, en la que hago un pequeño storyboard de la sesión mediante post-its y que en este caso me ha llevado aproximadamente 6 horas.
Con esta herramienta puedo hacer una primera prueba de la exposición y añadir o eliminar elementos fácilmente, además de ayudarme a tener una estimación del tiempo necesario.

Creando los elementos visuales

Ahora todo está bastante más claro y me puedo poner a hacer las slides. En mi caso la herramienta más rápida y cómoda es el Keynote, y aunque trato de que sea lo más sencillo posible sí que me gusta hacer uso de algunas animaciones por aquí, alguna transición por allá, por eso de darle dinamismo a la sesión.
Este proceso me lleva unas dos horas y casi todo el tiempo se va en ajustar la tipografía y buscar los recursos gráficos.

Practicar, practicar, practicar

Finalmente, cuando ya tengo una versión decente del keynote, practico varias veces la sesión. En este caso han sido unas 5 veces, lo que hace que haya utilizado una hora y cuarto en esta fase. En realidad es un poco más porque mientras hago la presentación para mi mismo incluyo u oculto slides en función del resultado.
Curiosamente practico más cuanto menos tiempo tengo. Si la sesión es de una hora no me preocupa tanto porque tengo algo de margen para improvisar, pero cuando es de 15 minutos, si el tema no es increiblemente sencillo, practico mucho para no quedarme bloqueado durante el evento.
Y esto es todo amigos :-)

De parejas y equipos de desarrollo

Hace unos días publiqué un enlace a un artículo que "estudiaba" la diferencia entre montar un mueble de Ikea por una pareja con una relación estable de 10 años y una que se acaba de conocer. Pero eso no es lo realmente interesante, que lo es, lo importante fue la reacción de @GermanDZ, la cual me dió la idea de escribir un artículo comparando los equipos de desarrollo de software y la vida en pareja.
Cuando puse el enlace en Twitter, no se me pasó por la cabeza asociar el artículo al desarrollo de software, simplemente me pareció divertido. Pero si lo piensas detenidamente, tiene mucho sentido y es algo que si llevas un tiempo en este mundillo habrás visto más de una vez, grupos de personas con mucho talento que fracasan y otros que con no tanto talento logran formar un equipo con una calidad genial.

Saber convivir

¿Cuántas parejas conoces que en su fase de novios parecían perfectas y no aguantaron ni medio año viviendo juntas? A primera vista puede parecer que si contratas a 5 personas con talento formarán un gran equipo, capaz de llevar a buen puerto cualquier proyecto, pero no es así en absoluto. Sin lugar a dudas el talento es importante y un aspecto a buscar, pero también se requiere que cada individuo se esfuerce en formar un equipo. Es importante que nadie haga la guerra por su lado, que les domine el ego o que intenten imponer su forma de trabajar. Deben llegar a acuerdos, desde las herramientas y plataformas que van a utilizar hasta acuerdos sobre el código, la forma de organizar el trabajo y una larga lista de cosas que se llevarían un artículo por si solas.
Para formar un buen equipo, al igual que para vivir en pareja, es importante limar asperezas, hablar mucho y conocer al resto de personas. Y por desgracia, simplemente hay personas que no encajan juntas. Puede parecer que al principio funciona, pero se cae a la primera crisis que ocurra, y ten por seguro que ocurrirá alguna. Por esta razón hay que tener mucho cuidado en las fases de contratación, no siempre contratar en menos tiempo es más barato. En mis años en Avantic la contratación de una persona siempre se dilataba a meses, pero como contrapartida el equipo siempre fue estable y nunca se vio comprometido.
Pro-Tip: También ayuda mucho que las amistades se mantengan fuera de la oficina.

Hay que empezar por muebles pequeños

Posiblemente, la razón por la que ganó la pareja con 10 años de relación es que ya habían montado más de un mueble juntos, se habían enfrentado a ese problema y tenían una forma de trabajar. Sabían interpretar las instrucciones y se repartían el trabajo según que supiese hacer mejor cada uno.
Por suerte el 95% de mi carrera profesional lo he podido realizar en empresas pequeñas en donde nos comportábamos como una familia y formábamos un equipo. Empezamos por proyectos más manejables antes de dar el salto a proyectos más ambiciosos, lo cual nos aportó la ventaja de que ya sabíamos como resolver gran cantidad de problemas de forma casi automática.
[Modificado el 1 de septiembre de 2014 tras una reflexión con un lector, gracias Dani] Pero esto no es así siempre, hay empresas que simplemente por su volumen tienen que optar por proyectos con un gran desembolso económico y por lo tanto con una envergadura mucho mayor. Por su forma de organizarse van moviendo recursos entre proyectos según las necesidades de los clientes y por lo tanto tienen individuos de mayor o menor talento, pero que en ningún caso forman un equipo. El resultado final, generalmente, suele ser malo o en muchos casos ni siquiera se llega a implantar el proyecto. Obviamente esto no es así siempre, hay grandes empresas con la capacidad de delegar en los propios equipos y ser auto-organizadas, se pueden ver casos como el de Spotify.

Esto no siempre es así, he observado en el pasado casos de empresas que se presentan a un proyecto con un grupo de personas que no han trabajado nunca juntas y que por la naturaleza del mismo deberían hacerlo durante meses e incluso años. En estos casos la colaboración no es todo lo buena que debiese, la experiencia de las personas a veces no es la requerida y en muchos casos termina en una experiencia negativa, tanto para los propios profesionales como para el cliente.

Es natural que una empresa no tenga en plantilla a todo el personal necesario para un proyecto porque la carga de trabajo varía a lo largo del tiempo. En este caso hay soluciones que se pueden adoptar y que permitirían que el equipo crezca poco a poco o incluso que no necesite crecer. Por ejemplo, cuando en mi anterior empresa trabajamos en el proyecto Vía-Móvil, necesitamos hacer uso de un diseñador, pero en vez de contratar uno a tiempo completo utilizamos a un freelance que permitió que el trámite fuese mucho más sencillo. Igualmente conozco a freelances o empresas que se dedican a crear las bases de un proyecto y dar formación a equipos que son los que finalmente continuarán con el mismo a la larga, esto permite crecer poco a poco y ganar experiencia al mismo tiempo.

Los problemas crecen con el tamaño de la familia

Hay otro gran tipo de parejas, las que van estupendamente mientras son dos, pero se desmoronan cuando aparecen los niños. Nuevos problemas que crean nuevas crisis y que no siempre se pueden superar.
Si la empresa empieza a buscar proyectos más grandes no le queda más remedio que incrementar el tamaño del equipo o crear nuevos equipos. Y esto, simplemente, no es posible en todos los casos. Puede deberse a que el equipo crece muy rápido y no hay tiempo para adoptar a los nuevos miembros, enseñarles como funciona el equipo y, por así decirlo, entrenarles. O por otro lado, los nuevos miembros simplemente no encajan en la forma de trabajar. No es lo mismo montar un mueble con tu pareja que hacerlo mientras recibes la visita de tu cuñado y un pequeñajo corre por el salón y no deja de tocar las herramientas y jugar con los tornillos.

Siempre hay discusiones

Hay parejas que discuten todo el tiempo y aún así son increiblemente estables, mientras que hay otras que parecen muy felices y en realidad no hablan entre ellas.
A lo largo de mi "corta" vida laboral he tenido momentos de tensión en los que discutes con tus colegas por unas razones u otras. Para mi lo importante en estos casos es:
  • Mantener el tono más calmado posible y cuidar mucho las palabras que se utilizan.
  • Discutir sólo cuando el tema realmente te importa, si es algo a lo que no le doy valor, o mejor aún que no aporta valor al equipo, prefiero no meterme en una discusión.
  • Si hay una discusión es que existe un problema. En este caso tratamos de buscar cual es realmente ese problema y encontramos una solución para el mismo.
A lo que voy es que las discusiones pueden ser sanas y ayudar a mejorar, siempre y cuando no se conviertan en la rutina habitual y aparezcan por cualquier razón sin sentido. Básicamente son una rutina normal, aunque no cotidiana, de la vida en equipo.

Años de experiencia juntos no implica calidad

Como suele decirse, "donde dije digo, digo Diego". Pese a todo lo que he dicho anteriormente, hay que tener cuidado en caer en el error de pensar que un grupo de personas que han trabajado juntas durante mucho tiempo implican calidad.
Durante todo el artículo he hablado de equipos y la calidad de su trabajo, no de grupos de personas que han trabajado juntas mucho tiempo. "Paradójicamente" hay personas que pueden convivir juntas muchísimo tiempo, pero no llegar a formar un equipo en la vida. Generalmente esto se puede notar en que cada uno atiende a sus cosas y no se mete para nada con lo que hace el otro, bien, pero no escala a proyectos más grandes que lo que puede abarcar individualmente cada uno de ellos.

Conclusiones

Formar una pareja, así como formar un equipo es algo que requiere mucho trabajo y esfuerzo, pero en mi experiencia los siguientes puntos son un buen principio.
  • Es mejor empezar pequeño, no sólo en el tamaño de los proyectos sino en el tamaño del equipo. Es más fácil encajar a 3 personas que a 9.
  • A la hora de crecer es mejor aguantar un tiempo más con proyectos más pequeños y tener tiempo para asimilar nuevos miembros en el equipo, que tirarnos a la piscina con mega-proyectos.
  • Evitar discusiones que no aporten algún valor al equipo.
  • Cuando a alguien se le ocurra una mejora es mejor introducirla al equipo antes para que haya algún consenso.